martes, 21 de junio de 2011

Lecciones y ausencias

Algunas declaraciones son reveladoras de cómo la imagen domina sobre los principios. Dice la flamante diputada regional y afamada deportista Ruht Beitia que ahora sus libros de cabecera son el Estatuto de Autonomía y la Constitución. Uno pensaba que a la política se iba, como a cualquier otra profesión o ocupación, con la lección aprendida. Es como si un futuro abogado o médico esperara a tener bufete o plaza en Valdecilla para empezar a estudiar la carrera.

Pero no será Beitia la única que tendrá que aprender sobre la marcha. Es más, estoy convencido de que la gran mayoría de los actuales diputados regionales suspenderían un examen sobre cuestiones básicas del Estatuto y la Constitución. Reconozco que la atleta tiene, al menos, la honestidad de confesar sus carencias. Lo que no es honesto es comenzar faltando a ‘clase’. Ayer se reunió por primera vez la Mesa del Parlamento y la Junta de Portavoces y Ruth Beitia, secretaria primera de la Mesa, no acudió. Al parecer ésta puede ser la constante hasta los Juegos Olímpicos del 2012. ¿No habría sido mejor nombrar otra persona que pudiera dedicar su tiempo en exclusiva cargo? Y me pregunto si esas ausencias se le restarán del sueldo, lo cual sería, eso sí, un ahorro más que añadir a los que nos promete el PP. Por no señalar lo injusto que es que alguien cobre por practicar el absentismo laboral. 

Supongo que Beitia si estará disponible para el debate de investidura del presidente de Cantabria que se inicia mañana miércoles. Ignacio Diego no promete grandes novedades, pero sí algunas rectificaciones sobre sus primeras declaraciones nada más ganar las elecciones. Por ejemplo, no anulará el concurso eólico, por lo menos hasta que no se redacte un nuevo Plan Energético. Es decir que se toma el tiempo necesario para que los cántaros se olviden de su salida de pata de banco, que las empresas del sector, la Universidad y los sindicatos ya le han afeado. Tengo para mi que el Plan Energético tampoco se tirará al basura y me parece bien. Dos toques por aquí, una adenda por allá y estará en condiciones de ser aprobado pasando por nuevo. O eso o ya podemos rezar para que el verano sea soleado y prolongado, y la hostelería maquille las cifras del paro.

La otra esperanza es que fructifique el diálogo prometido para ya por Diego con los 10 principales ayuntamientos de Cantabria para aprobar su planes urbanísticos y pueda comenzar a construirse. Claro que la mayoría de esos ayuntamientos ya estaban gobernados por el PP antes de las elecciones, en la pasada legislatura y en la anterior, y no dieron ni un paso en la buena dirección de renovar su planeamiento urbanístico. Y quienes lo hicieron, caso de Santander, redactaron las condiciones para la nueva construcción pensando en los tiempos de vacas gordas y ahora no salen las cuentas. A los promotores y a los constructores que son, no lo olviden, los que crean empleo. Si el gobierno, ya sea municipal o regional, les deja. AQUÍ CONFIDENCIAL

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