martes, 19 de junio de 2012

Domingueo. Capítulo 1: El Soplao

Antes de ayer, por fin, volvimos a dominguear. A mi edad, cada vez me gusta más hacer cosas los domingos que salir de fiesta y estar todo el día tirado en casa recuperando. Estoy mayor. Aunque el viernes sí salí. Y muy bien que me lo pasé, sobre todo en el Gabana bebiendo jarras de colores y echando futbolines con los de la foto y Txema, que se unió después.


A las 10.10 quedamos en la Clínica Mompía, habitual punto de encuentro cuando hacemos algún plan como el del domingo. Eramos diez, por lo que fuimos en dos coches. Nadia, Inés, Lau, Txema y Marta (con ella a los mandos) y con Ferry en su coche fuimos Rebe, Ambru, Carra y yo.

Nuestra primera parada fue el Soplao, la "Capilla Sixtina de la espeleología"). Yo ya había estado, pero tenía ganas de volver a entrar, pues la otra vez que fui la visita fue vista y no vista, ya que nos llevaron a todo correr debida a la cantidad de gente que había. Esta vez la vista fue más calmada, dando tiempo a apreciar las maravillas de esta cavidad única.


Nadia, con la que había ido la otra vez que fui, prefirió quedarse fuera. Y Txema con ella. Mientras el resto nos subíamos al tren que nos llevaba de camino al interior de la cueva, ellos dos empezaban una partida de parchís, ante el asombro del resto de visitantes...


La visita comienza con el trayecto en el tren de la mina. Con las chicas en uno de sus vagones y los machos en otro, el tren se puso en marcha rumbo al interior de la antigua mina de la Florida.



Una vez allí, se realiza un circuito a pie a través de las galerías y salas de La Gorda (llamada así por ser la más grande, donde se empieza con una narración introductoria muy chula), Los Fantasmas (debido a que hay estalagmitas que lo parecen), Mirador de Lacuerre (de gran altura), Centinelas (en el acceso a la misma hay dos estalagmitas a cada lado del camino que parecen proteger la sala) y Ópera (la concentración de excéntricas es elevadisima y estás tan cerca de ellas que las "puedes" tocar. Ambientan el momento con música clásica).

Nos recordaron que no se podían sacar fotos, ni grabar vídeos, ni tocar nada, porque se degradaría. Yo tengo que decir que me quedé con las ganas de chupar alguna de las estalagmitas, pues su aspecto salado creaba en mí una gran atracción...

No tocamos nada, pero a muchos el Soplao les dejó tocados. Pues la primera vez que ves las maravillas que aguarda la cueva, te sobrecoges. Y es que, aunque no se haya declarado (aun) como Patrimonio de la Humanidad, en Cantabria tenemos la gran suerte de tener en nuestra pequeña (pero infinita) Comunidad Autónoma diez cavidades que así han sido declaradas por la Unesco (ver noticia): AltamiraEl Castillo, Las Monedas, La Pasiega, Las Chimeneas, Covalanas, El Pendo, Hornos de la Peña, Chufín (muy cerca de el Soplao) y La Garma.


El Soplao es una cavidad única, por su espectacular contenido cristalográfico, la abundancia de excéntricas, la calidad y el blanco intenso de las mismas. En la cueva encontramos, no sólo formaciones de calcita, sino también Helictitas de aragonito, cuyas exigentes condiciones de formación, lo hacen mucho más escaso en la naturaleza.


Es también un "enigma" de la Geología porque, al contrario de lo que sucede con al mayor parte de cavidades naturales, El Soplao no se encuentra enclavada en ningún paquete calizo importante, ni ha sido creada bajo el abundante aporte de agua de grandes cuencas de recepción.

Impulsado por el Gobierno de Cantabria (con el señor Marcano a la cabeza), y respetando su condición de "paraje natural a proteger", las cuevas han sido acondicionadas para su visita organizada, constituyendo una experiencia combinada de aprendizaje histórico y natural.

Tras reagruparnos, nos hicimos una foto frente a las impresionantes vistas de las montañas como Peña Sagra, Naranjo de Bulnes, Pico Tres Mares o la Sierra del Cuera. Ferry y Rebe se quedaron en la tienda, donde compraron un reloj solar...


En breve, el segundo capítulo de este domingueo tan cultural y divertido. Ahora me voy a trabajar, no me da tiempo a más...


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