viernes, 17 de agosto de 2012

Ruidoblanco - Última versión de ti

Hoy he descubierto un motivo más para que el grupo Ruidoblanco me guste aun más. A parte de que se molesten en contestar a mis tweets (que mira que soy pesao...), su vínculo con Cantabria es una razón de más para que de sentirme atraído, ahora me haya enamorado de ellos (musicalmente hablando, me se entienda, oiga).

Y es que una de mis canciones preferidas de su disco "Midiendo el tiempo en canciones" (¡Comprenlo!*), llamada "Última versión de ti" tiene una versión grabada en Santander junto a la Orquesta Jesús de Monasterio, con los arreglos del gran compositor cántabro Juan Carlos Calderón. Si salió en Telecantabria y todo (un año y pico después me entero yo... ¡mátame camión!).


Y así es como quedo el tema(zo) tras la colaboración de Calderón y el apoyo de la banda del conservatorio de Santander. Una maravilla, ¿verdad? Pues claro.


Las imágenes con las que se funde pertenecen al videoclip original. Fue el primer single, la canción que los dio a conocer, de los barceloneses Salva, Dani, Cris, Chano y Cristian (ver el 'making of') y desde entonces cada vez son más los oídos que disfrutan con sus desgarradoras letras y su espectaculares melodías.


Hoy he metido la pata pero bien. Mirando en su web vi que "tocaban" el 11 de noviembre en el Opium. Tocaron... TOCARON. Fue el año pasado cuando estuvieron por Santander. Maldita sea. Confirmado que soy indie-ota perdido. Que ya no diferencio entre próximos y pasados. Coco, siento no haberte prestado la atención que te merecías y que tanto bien me hubiera venido, tío...


Yo, por si acaso, ya he escrito a la BNS, a ver si cuela y me los trae a Santander. Que en el Sonorama estuvieron muy bien, pero me gustaría verles de más cerca, en un sitio más tranquilo y con más tiempo. Ojalá me hagan caso y les pueda volver a ver pronto. 

* Señores de la Fnac, ya se podían ustedes marcar un detallito que siempre pongo el título de los disco enlazado a su página... ¡guiño, guiño! Ah, y abran una tienda en Santander, ¡por el amor de Dios!

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