Ayer fueron los Santos Inocentes. Efeméride que recuerda la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, ordenada por el rey Herodes con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret, y en la que es tradición gastar bromas.
Los racinguistas, de un tiempo a esta parte, venimos sufriendo las mofas de quienes están al frente del consejo de administración. Hecho que refleja muy bien en su viñeta Pardo en el Gente de esta semana (nº 384).
Se creen inocentes, libres de pecado. Con la potestad de hacer y deshacer lo que les venga en gana. Y el que está pagando la inocentada es el club y los miles de seguidores que tiene. Pero la justicia, por suerte, tiene un peso que pronto recaerá sobre todos esos chorizos que se están lucrando a costa del Racing de Santander.
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