lunes, 11 de febrero de 2013

Sin Pendón: La historia de un juez que no se andaba con chiquitas

Los lunes son una condena. No hacen gracia. En cambio, Penelope Soto, se parte el culo incluso mientras la juzgan. A la chica de 18 años la traicionaron sus malas formas, así que ánimo y no le perdáis la cara al lunes. O acabareis entre las rejas de la semana...

Fotografía de la ficha policial de Penélope Soto

Penelope Soto había estrellado su bicicleta contra la calle Miami bajo la influencia de ansiolíticos de la marca Xanax. La pena que le correspondía por esta falta no debería haber sido tan grande como la que finalmente tuvo, ni siquiera teniendo en cuenta el agravante de que la policía encontró otras 26 pastillas en su poder cuando fue a socorrerla.

En el vídeo se puede ver a la chica, de 18 años, riéndose mientras, hace una semana, el juez Jorge Rodríguez-Chomat de Miami le preguntaba acerca de su situación financiera, previsiblemente con idea de ser justo a la hora de fijar una fianza.


Durante el juicio, le preguntaron sobre cuanto dinero ganaba en el club donde trabaja y más concretamente por el valor de las joyas que llevaba puestas cuando la detuvieron, lo cual le hizo risa a Penelope.

Como la muchacha no dejaba de reírse el juez le realizó una primera advertencia: “no estamos en un club, sea seria”. Después de que Soto intentara -sin éxito- parar de hacer muecas para decirle “que estaba hablando en serio”, el magistrado le preguntó si había consumido drogas en las 24 horas anteriores.

Al final, el juez fijó una fianza a Soto de 5.000 dólares y le dijo: “bye-bye”, para que se retirara. Soto se rió de nuevo y dijo lentamente “Adiós” al magistrado. Rodríguez-Chomat notó cierto tono de burla en la joven y la llamó de nuevo a la tribuna, para restablecer la fianza de 10.000 dólares prevista inicialmente.

Penélope Soto le preguntó si hablaba en serio y el juez respondió “Lo digo en serio. Adios”. Mientras se alejaba Soto mostró el dedo y soltó un improperio, algo que no le pasó desapercibido al magistrado que, perdiendo el tono amable la convocó de nuevo a la tribuna y la condenó a 30 días de cárcel. Ya no hubo más risas.

Fotograma del vídeo

Este viernes, Soto, arrepentida por su conducta, volvió al juzgado para pedir perdón por su mal comportamiento al juez Jorge Rodriguez-Chomat. Con lágrimas en los ojos, la joven aseguró que lo que hizo  era un buen ejemplo de cómo no tratar a las personas y pedía clemencia.


El magistrado fue indulgente y desestimó el cargo de desacato al tribunal por el que había sido condenada. Así mimos, Rodriguez-Chomat aprovechó la oportunidad para recordar a Soto que si el cargo de desacato no hubiese sido desestimado, su expediente automáticamente hubiera mostrado como criminal convicta.

En ambos casos, el juez se mostró sentido común. La primera vez al condenar a Soto, para darla un escarmiento. En segundo lugar, aceptando el perdón de la joven arrepentida.

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