miércoles, 21 de mayo de 2014

Por bocas



Estando en el salón, la mujer le dice a su marido:
– ¡A ver si arreglas la tubería del baño, que está rota!
El marido, cabreado, responde:
+ ¿Acaso soy fontanero?
– ¡Y a ver si arreglas ese interruptor de una vez!
+ ¿Acaso soy electricista?
Al día siguiente llega el tipo a casa y se encuentra la tubería y el interruptor arreglados
+ Oye cariño, qué bien que está todo arreglado ya. ¿Qué has hecho?
– Pues mira, estaba harta de tener averías y le he dicho al vecino que si podía arreglarme el interruptor y la tubería. Y él ha accedido, pero con una condición: si le hacía un pastel o si le comía la polla.
+ Supongo que le habrás preparado un pastel...
– ¿Acaso soy pastelera?

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